Conclusão
Conseguir que las TIC sean algo habitual en las aulas no
es una tarea fácil. Es un proceso que lleva años de
trabajo continuo y de mucho esfuerzo por parte de todos los implicados. Hasta
que comencemos a ver resultados pasarán unos cuantos cursos académicos, pero
hay que empezar cuanto antes.
Los
servicios educativos públicos deben ser los encargados de dirigir y promover
los cambios necesarios para que la formación y la aplicación se lleve a cabo.
No
sé si he conseguido solventar los fallos que Jayme Martínez achaca a la
formación. Creo que deja de ser fragmentaria porque se plantea un plan de
acción que abarca muchas áreas, no sólo la formación. También creo solventada
la deslocalización con un plan estatal cuyo desarrollo llevan a cabo las
regiones, que son las más cercanas a los profesores, pero con un control
central que estará observando qué cosas se pueden corregir y mejorar para que
no existan diferencias. Por lo tanto tampoco es individualizada. Los planes son
muy concretos e iguales para todos los profesores. Quizá haya un poco de
aislamiento por parte del profesor si tratamos la formación a distancia, pero
eso no implica que sea individualizada porque los contenidos son iguales para
todo el colectivo de profesores.
Por
otro lado, no creo que este plan sea efímero porque establece unos niveles de
formación que deberán completar todos los profesores hasta llegar al máximo
nivel y mientras se están formando o cuando están ya en ese nivel más alto,
tienen otros puntos de apoyo o difusión como son las web de recursos, las
comunidades virtuales, los congresos y encuentros… Además, siempre habrá nuevos
profesores que necesiten ser formados porque irán entrando los nuevos al
retirarse los mayores de 60 años y la sociedad cambia tan rápido que surgirán
nuevas competencias y habrá que hacer nuevos cursos, que serán necesarios para
los profesores. La idea es que este plan se mantenga siempre y que la partida
presupuestaria destinada a formación del profesorado sea fija o aumente cada
año. Debemos tener unos profesores continuamente bien formados porque eso
repercutirá en nuestros alumnos y al final, la sociedad en general se verá
beneficiada cuando esos alumnos accedan al mundo laboral.
Y
aunque la formación será lo más objetivamente posible, también queremos que
pongan algo de subjetividad los profesores. Les enseñamos a manejar un programa
y les decimos como y cuando debería ser aplicado. Ahora ellos pueden coger ese
programa y usarlo como mejor les convenga a su alumnos, podrán adaptar las
tareas que prepare a las circunstancias de sus alumnos y de la zona donde
residen, a las ideas previas que tienen….
Los
problemas que se apuntaban en la introducción parecen superados, pero habrá más
autores que apuntarán algunos nuevos. Todos los planes de formación son
criticables, pero también mejorables. Por eso, no importa el plan que se diseñe
para poner en marcha en un país, si estamos en disposición de cumplir con los
especificaciones de organismos internacionales como el de la UNESCO y a mejorar cada
año.
En
lo relativo a la aplicación que se podría hacer en España de este proyecto,
creo que sería una tarea difícil, aunque no imposible.
El
plan Bolonia nos obliga a realizar cambios en los planes de estudio de todas
las carreras. Por lo tanto, estamos en el mejor momento para poder incluir
asignaturas relacionadas con las TIC y aprovechar para realizar una buena
formación pedagógica de nuestros futuros profesores.
El
curso de capacitación pedagógica obligatorio antes de ejercer como profesor ya
se ha modificado. Antes sólo consistía en dar a los alumnos dos libros y
pasados cuatro meses se les hacía un examen. También había una fase de
prácticas donde los alumnos se buscaban un centro por su cuenta, lo que hacía
que muchos se buscaran amigos o amigos de amigos, para que les firmaran las
prácticas en un centro, sin haberlas hecho. El curso que propongo tiene más
control sobre esto y tiene más horas de duración, con clases presenciales y un
seguimiento por parte de los tutores.
Por
último, nos queda la formación para los profesores que actualmente están en
activo. Percibo una cierta pereza y pocas ganas en algunos profesores para
realizar cambios y seguir una formación. Creo que el sistema de motivaciones
puede ser muy útil para que todo el proceso comience. En el servicio de
Formación en Red donde yo trabajo, se observa una motivación económica, al
margen del interés personal por aprender, de muchos profesores que nos piden
con urgencia los certificados para poder presentarlos en las Consejerías de
Educación de sus Comunidades para cobrar más cada mes.
Nos
obstante, creo que existe una cierta descentralización que hace que cada Comunidad
plantee sus cursos y que no se correspondan con un plan general que siga las
directrices de la UNESCO.
Se
plantea el problema de la transferencia de competencias. Hay una serie de
tareas que son exclusivas del Gobierno de la Nación española y otras que pueden ir pasando de
éste a las Comunidades Autónomas. Cada Comunidad puede ir reclamando esas
competencias cada cinco años, a través de una ley nueva que promulga su órgano
legislativo y aprueba su parlamento.
Voy a poner un ejemplo:
Materia
exclusiva: La defensa de la nación española es sólo competencia del Gobierno
central.
Materia
que se puede traspasar: La gestión de las cárceles. Sólo dos Comunidades,
Cataluña y País Vasco, realizan la gestión de sus cárceles. El resto de
Comunidades deja que sea el Gobierno central el que las dirija, controle, pague
y supervise.
Materia
que todas las Comunidades tienen transferidas: la Educación. Cada
Comunidad Autónoma puede legislar y hacer lo que quiera con la formación de sus
profesores. De ahí que considere que el principal problema es éste. Cada
Comunidad tiene la potestad para poder sacar cursos para sus profesores y no se
sigue un plan global. El Ministerio de Educación tiene una serie de cursos y de
recursos en sus páginas web y las Comunidades otros. En principio todos son
compatibles y la formación que se hace en el Ministerio es reconocida por las
Comunidades, pero hay cursos similares, otros son idénticos (se dobla el gasto
para enseñar lo mismo), algunos no tienen nada que ver, hay comunidades que han
restringido la oferta, la han pasado a entidades privadas o no reconocen los
cursos que imparten las Universidades para profesores….
Hay un poco de caos en
este sentido. Es el punto más flojo que está ahora en aplicación en España.
Vamos
a tener buenos profesores cuando lleguen a los colegios porque las carreras se
han modificado y el curso de aptitud pedagógica también, pero la formación de
los profesores que están ahora en activo, que es muy importante, está
defragmentada, no sigue un plan general y es tremendamente parcelada. Eso va a
retrasar la implantación las TIC en el aula.
En
mi plan la formación sigue la guía de la UNESCO, está más centralizado y dirigido y
consideré crear dos equipos, uno de asesoramiento y apoyo y otro de control que solventarían en buena medida el
problema actual.
Auguro
un futuro poco alentador para España en materia de formación. Es preciso
realizar cambios y mucho esfuerzo para llegar al nivel de los países más
aventajados en la aplicación de las TIC al aula. Además no es un buen momento
porque en los presupuestos del año que viene, la educación ha visto reducidos
sus fondos y eso repercutirá en la formación del profesorado.
Creo que los
políticos no son capaces de ver lo importante que son los cambios para que en
un futuro cercano podamos crear una sociedad más preparada, en la vanguardia de
los avances tecnológicos y en la investigación científica.